miércoles, 7 de septiembre de 2011

17.- EL ATEISMO

Y yo católico
Aunque el Ateísmo no sea propiamente una secta, le incluyo en el blog porque tiene en común con ellas su rencor visceral hacia la Iglesia Católica.
El ateísmo es el sistema de ideas que niega la fe en lo sobrenatural (espíritus, dioses, vida de ultratumba, etc). La palabra proviene del adjetivo griego ateos, que literalmente significa “sin Zeus” que era un dios griego.
El ateo, por tanto, profesa la no creencia en Dios y en lo sobrenatural.
El ateísmo no es una religión sino un sistema de ideas que afirma que las entidades sobrenaturales no existen y que las manifestaciones “extrañas” del universo tienen una explicación científica y racional, aunque puede que todavía no se haya dado con ella.
El ateísmo es lo opuesto al teísmo, que es la creencia en un Dios absoluto trascendental que actúa en el mundo a través de su providencia.

Objeto del ateísmo
El objeto del ateísmo es explicar las fuentes y causas de la existencia de la religión, criticar las creencias religiosas desde el punto de vista de la visión científica del mundo, aclarar el papel social de la religión y señalar cómo pueden superarse los prejuicios religiosos.

Breve historia del ateísmo
En la antigua Grecia vivieron filósofos ateos que no aprobaban la religión de su sociedad. La mayoría eran materialistas y defendían que todas las cosas, en su origen, son materiales, por lo que no es necesario ningún dios.
En el siglo V, antes de nuestra era, el término “ateo” adquirió un significado adicional, expresaba una falta total de comunicación con los dioses, esto es, “negador” de los dioses, incrédulo, irreligioso, y antirreligioso.
Los primeros pensadores que negaron la existencia de los dioses (en plural y minúscula), fueron los sofistas griegos.
Se encuentran importantes elementos del ateísmo en Tales de Mileto, Heráclito, Demócrito. Epicuro y Jenófanes. Lo característico de estos pensadores era explicar todos los fenómenos por causas naturales y combinar, contradictoriamente, la negación de la fe religiosa con el reconocimiento de los dioses.
En la Edad Media, dada la preponderancia de la religión, el ateísmo se logró un desarrollo importante. En el siglo XIX, Ludwig Feuerbach (1804-1872) es un gran defensor del ateísmo. Para él, Dios es la proyección que el hombre ha hecho de sí mismo trasladándola a un ser infinito.
El ateísmo alcanza su forma más rigurosa en el marxismo-leninismo.

Bases del pensamiento ateo
Un ateo no cree en fenómenos sobrenaturales ni en ninguna fuerza inexplicable que gobierne el mundo. Todo se puede explicar con ayuda de la investigación científica y del razonamiento lógico. La poca capacidad de observación y de inteligencia limitan el entendimiento de la realidad, pero eso no es prueba de que exista lo sobrenatural.
La base filosófica del ateísmo marxista-leninista consiste en el materialismo dialéctico e histórico. El ateísmo marxista es muy militante contra la religión. Por primera vez se indican los caminos y los medios conducentes a la plena superación de la religión, que será completa cuando desaparezcan las raíces sociales de la religión con la formación de la sociedad comunista. Al construirse el comunismo se forma un nuevo hombre, libre de supersticiones y armado con la concepción atea y científica del mundo.

Los ateos prácticos
Son los que no admiten las ideas del ateísmo, se declaran neutrales en cuanto a la creencia en Dios, a quien no consideran necesario para el desarrollo armónico de las personas. Este ateísmo práctico empieza a ser el más común en la cultura occidental.

Juicio crítico sobre el ateísmo
La fe en Dios es un don divino que nos lo ha dado gratuitamente. Algunos no lo han recibido, otros lo han perdido. La inteligencia humana también es un don que hay que emplear bien. Lo que el ateísmo llama supersticiones es el mundo de Dios y de lo sobrenatural que, por descontado, son y serán siempre el centro del desarrollo armónico del hombre.

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