miércoles, 7 de septiembre de 2011

16.- LA ADIVINACIÓN

La bola engañabobos
Traigo esta reflexión dentro del tema de las sectas porque ambas tienen el punto en común de tratar deadivinar el futuro. Son muchas las sectas que, equivocadamente, han pretendido poner una fecha al fin del mundo.
La adivinación
Adivinar es pretender conocer el pasado, presente y futuro y las cosas que están fuera del alcance de los sentidos y de la inteligencia, valiéndose de palabras, signos y objetos diversos a los que atribuyen un poder sobrenatural.
En todos los pueblos y épocas han coexistido las religiones con los adivinos y las pitonisas.
El pueblo de Israel, en muchas ocasiones, recurrió a la práctica de la adivinación y fue reprendido por Dios. El rey Saúl consultó a la pitonisa de Endor, según leemos en           I Samuel 28,7ss  y Saúl fue derrotado y murió.

Es famosa la pitonisa de Delfos, a la que los griegos interrogaban sobre los asuntos más importantes de la vida. Delfos es una antigua ciudad griega, centro religioso dedicado al culto del dios Apolo, desde el siglo VII a.C.
Podemos enfocar la adivinación desde la necesidad interna que tiene el ser humano de establecer relaciones con los poderes superiores, que fascinan y atraen precisamente por ser ocultos y desconocidos y estar por encima de lo humanamente racional. Estos poderes pueden ser concebidos como benéficos o maléficos. En uno u otro caso, el ser humano siente la necesidad de invocarlos y obsequiarlos para obtener su beneplácito o para detener los males que pueden arrojar sobre la humanidad.
La cuestión fundamental es saber si realmente existen esos seres sobrenaturales o todo es mera fantasía de personas que, ávidas de sacar el dinero a los demás y dando pábulo a su ignorancia y credulidad, han encontrado una forma de vivir a su costa.

Visión cristiana de la adivinación
Desde la óptica del cristianismo se contempla que Dios, en uso de su sabiduría, omnipotencia y bondad, puede revelar el pasado, presente y futuro desconocidos a quien quiera y cuando quiera. Ya lo hizo, en tiempos pasados, por medio de los profetas; y lo puede seguir haciendo por medio de María, la Madre de Jesús, o de los santos; es un signo más de su paternal providencia.
Pero no es comprensible que Dios quiera revelar algo a través de charlatanes o de personas que sólo buscan su lucro, o de las que pretender “leer “ en la bola de cristal, en las cartas del tarot, en la ouija, las velas de colores, el horóscopo o las piedras de runa. Dios no está presente en esas adivinaciones que son contrarias al honor y el respeto que todos le debemos. La santidad de Dios no se presta a ser un juguete en manos de personas sin escrúpulos.
Si no está Dios, ¿quién está? Cuando es invocado directamente, como sucede en las reuniones satánicas, puede estar el diablo, quien realmente existe, aunque muchos no lo crean.

¿Quiénes utilizan la adivinación?
La adivinación se localiza particularmente en los videntes, brujos, santeros y espiritistas. También hay muchos que mezclan su fe católica con prácticas ajenas a la misma y con gran número de supersticiones. Algunos recurren a la adivinación en momentos de crisis, buscando una solución; otros lo hacen por broma o curiosidad. En todos los casos está en juego la fidelidad a Dios y la confianza en su providencia., por lo que son gravemente ofensivas a Dios.
Es curiosos observar que, a medida que disminuye la fe en las personas, aumentan las supersticiones y el recurso a todo tipo de adivinaciones. Lo estamos viendo y padeciendo en nuestra sociedad. De un tiempo a esta parte, la fe de la sociedad española se está empequeñeciendo; somos menos, algunos muy fervientes y dispuestos, pero otros o la han abandonado o la viven de forma rutinaria y sin compromiso. En este segundo grupo están haciendo mella las sectas y las prácticas adivinatorias.
La filial confianza en nuestro Padre Dios es la única que nos puede librar de tales peligros.

No hay comentarios:

Publicar un comentario