miércoles, 6 de julio de 2011

6.- CARACTERÍSTICAS DE LAS SECTAS "RELIGIOSAS"

Yo soy el jefe
Podemos describir a las sectas como grupos autónomos, no cristianos, fanáticamente proselitistas, exaltadores del esfuerzo personal y expectantes de un inminente cambio, colectivo o personal.
Autonomía 
La secta es un refugio. Rechazan la sociedad, sus valores e instituciones. Todo es sustituido por la propia comunidad, en ella se conservan perfectos. Se creen poseedores absolutos de la verdad. Tratan de aislar a los miembros de toda relación con el exterior, sólo deben tener trato con otros miembros, con los demás sólo el necesario para atraerlos a la secta.
Se comprende fácilmente la cantidad de problemas que esto origina en las familias cuando el padre, la madre o uno cualquiera de los hijos ingresa en una secta. Lo mismo cabe decir de los problemas sociales, laborales y de todo tipo que se les presentan.

Autoritarismo y obediencia 

El grupo debe funcionar perfectamente. La autoridad viene del “maestro”, que ha tenido una “experiencia o revelación”. Por tanto, lo que venga del líder no se discute, sino que se acepta “ciegamente”. Así hay una entrega total a la secta en la que se cierran y protegen. Como recompensa hacen creer que sólo los miembros de la secta son “elegidos”, salvados por Dios. Nada importa que tengan que abandonar estudios, amigos y familia.
Se resaltan las vivencias personales y la experiencia religiosa; se trata de crear y fomentar un clima de fraternidad entre los miembros. En el culto se favorece todo lo que llega al sentimiento, como los cantos apropiados y los testimonios. Así, poco a poco, se crea una dependencia psicológica del líder y del grupo.
Los católicos creemos que sólo a Dios se le debe obediencia total; las sectas exigen obediencia ciega y total a sus dirigentes, como consecuencia de considerarlos infalibles.

Las sectas tergiversan la Biblia:
 

La adaptan a sus planes, la utilizan como estrategia para atacar y confundir a las personas de escasa o nula formación bíblica. Algunas han editado sus propias Biblias y han cambiado deliberadamente muchos textos para acomodarlos a sus doctrinas.

Practican un proselitismo fanático 

No es malo el proselitismo, el afán apostólico, sino el proselitismo fanático. “La Iglesia propone, no impone nada, respeta a las personas y las culturas; se detiene ante el sagrario de la conciencia”(Juan Pablo II). Las sectas tratan de “imponer” de manera descarada y, a veces, camuflada. El proselitismo es la única actividad de muchas sectas.
En la tarea proselitista usan las publicaciones propias y la Biblia como medio de despertar la atención y animar a unirse al grupo. Dicen que enseñan a leer y a entender la Biblia. A leerla sí, pero a entenderla es totalmente falso porque son ellos los que no la entienden, sino que la explican siguiendo las “revelaciones” de su líder, a las que dan preeminencia.

Exaltan el esfuerzo personal 

En las sectas, todo es obra del esfuerza personal de los adeptos, de su concentración y de la ayuda de unos a otros. Más que ante las masas, las sectas se presentan ante cada individuo prometiéndole la salvación, una salvación inmediata y atrayente. Así se explica que rompan con el mundo exterior, que es perverso y está condenado.
A menudo, los seres humanos actuamos más por temor que amor. En las sectas está muy presente la amenaza de la condenación, aumentada con la creencia de la cercanía del fin del mundo.

Desvalorizan la vida anterior de los adeptos 

Les insisten, una y otra vez, en que su vida no vale nada, no tiene sentido; si quieren ser contados entre los elegidos deben ingresar en el grupo.

Están expectantes de un cambio inminente 

El cambio colectivo afecta a toda la humanidad y puede ser utópico, como el “Nuevo Orden” de la masonería, o apocalíptico. Como “el fin del mundo” anunciado por diversas sectas y para diferentes fechas: Los Testigos de Jehová para 1914, 1924 1975; los Adventistas del Séptimo Día para el 21 de marzo, el 18 de abril y el 22 de octubre de 1884; los Niños de Dios, ahora llamados La Familia, para 1993; Misión Rama. Entre 1975 y el año 2000; Edelweis para 1992 y La Iglesia Universal de Dios para los años 1936,1947, 1972 y 1975.
El amigo lector puede sacar sus propias conclusiones sobre las sectas “religiosas”.

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